lunes, 24 de abril de 2017

jueves, 13 de abril de 2017

Regalo (ficciones no tan mínimas)

De esos regalos que uno se queda sin fecha, cuando te dicen cómo creen que eres:
"una sirena, pues tienes una belleza peligrosa, Princess Leia, femenina pero determinada y bad ass y Hermione Granger por inteligente".

miércoles, 12 de abril de 2017

Metamorfosis. (ficciones no tan mínimas)


Sólo tú tocabas mis pies
Y los transformabas en alas.

Sólo tú me mirabas
Y me transformabas en magia.

Sólo tú

Solo.

Memoria selectiva... Dedicada a un grupie. (ficciones no tan mínimas)

Llueve, implacablemente, no es ese olor a tierra mojada ( geosmina ), sino olor a noche mojada, pero no húmeda de placer, sino mojada de recuerdos, de sensaciones, de ecos, lo que nos dijimos, lo que nos callamos... Suena en la radio “El necio”:
<< Para no hacer de mi ícono pedazos, para salvarme entre únicos e impares, para cederme un lugar en su parnaso, para darme un rinconcito en sus altares. Me vienen a convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no pierda, mi vienen a convidar a indefinirme, me vienen a convidar a tanta mierda...>>
Nos reclamábamos eso, definirnos, cuando la indefinición inició todo, un coqueteo sutil, una sonrisa, un beso que no buscamos, pero que nos encontró una tarde. El amor nos parecía tan libre, tan bello, tan poético, tan perfecto... Efecto de la dopamina dicen unos, resultado natural del amor dicen otros, estado alterado de la conciencia coinciden muchos.
<< yo quiero seguir jugando a lo perdido, yo quiero ser a la zurda más que diestro, yo quiero hacer un congreso del unido, yo quiero rezar a fondo un "hijo nuestro". Dirán que pasó de moda la locura, dirán que la gente es mala y no merece, más yo seguiré soñando travesuras (acaso multiplicar panes y peces). yo no se lo que es el destino, caminando fui lo que fui. allá dios, que será divino. yo me muero como viví, >>
Y pensar en todas las veces que me perdí entre sus manos, perdía la razón, la conciencia, perdía sensatez, pero ganaba tanto. Sus labios, su palabra, sus besos, su piel haciendo con mi piel lo que la primavera hace con los cerezos...
<< Dicen que me arrastrarán por sobre rocas cuando la revolución se venga abajo, que machacarán mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y el badajo. será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio.>>
Y de pronto nada. Llegaron las gotitas que llenaron poco a poco el vaso hasta desbordarlo, llegó el cansancio, la rutina, los lugares comunes, los silencios, los enojos, los gruñidos, los gritos. Todavía había amor pero... ese maldito pero. Quiero, quieres, queremos. No puedo, no quiero, te aferras, sufrimos, sentimos como se aproxima, lenta y pacientemente la muerte, morimos, muere el nosotros, mueren las sonrisas, nacen los reproches, la desesperación. Ha llegado el momento, lo sabemos.
“Ojalá las emociones nos olvidaran como olvidamos sus nombres”, así no nos buscarían, no se encarnarían en nuestros huesos dolientes, y en nuestros ojos lluviosos, no tendrían que pasar meses revoloteando en la cabeza, las hipótesis, los recuerdos, las conversaciones reales e hipotéticas... ¿Y si le hubiera dicho? ¿Y si lo hubiera hecho? Que nos olvide la angustia, que nos olvide la rutina, que nos olvide el dolor, que nos olvide el olvido... Pero son necesarios, si ellos nos olvidan ¿qué nos queda por vivir? No, no es fácil, no es suave, la vida no es un llano, sino una cordillera, toca subir y bajar, caminar para besar al sol.
<< yo no se lo que es el destino, caminando fui lo que fui. allá dios, que será divino. yo me muero como viví. >>
Iremos ahora deconstruyendo las emociones, un día a la vez, haremos barbecho, prepararemos el terreno, para sembrar otra vez.

Tania y la hormiga (dedicado- ficciones no tan mínimas)

Era bella hasta doler mirarla, pero no era ni su piel, ni sus ojos, ni su cabello; era su boca, pero no por los labios, sino por las ideas incendiarias que flotaban desde su lengua y emanaban de ese espacio carmín. No podía ser diferente, si ese era el color de su sangre, del corazón que le palpita en el pecho, el color de sus convicciones, nacidas antes de los 20s, continuadas después de los 30s, porque eso son las convicciones, tan constantes y verdaderas como el tipo de sangre, como las huellas digitales. Si te escogiera un nombre yo te llamaría Tania, como el Ché llamaba a la mujer que amaba. No porque tu nombre no sea bello, sino porque quiero que sea sólo para nosotros, este nosotros donde yo te quiero sin tener la certeza de que tú me quieres.
Un día Tania notó que una hormiga la seguía, no supo por cuanto tiempo atrás, pero una tarde se la hicieron notar, se aparecía en cada rincón, en la pared, en la ventana. Había muchas hipótesis calladas, alguna vez Tania incluso juró haberla visto rondar su cama, pero igual decidió que no era tan importante. “No debe de ser nada, seguro hay miles y sólo no las hemos visto a todas”, repetía una y otra vez como si fuese un mantra. Tania estaba siendo vigilada, lo sabía pero hacía como que lo ignoraba ¿Cómo no notar su presencia negra, rondando y girando al rededor suyo, igual que los planetas giran inevitablemente al rededor del sol? La pobre hormiga tenía instrucciones, y debía seguirlas.
Pasaron las horas, los días y las semanas, Tania ya no podía ignorar la proximidad peligrosa de la hormiga, sólo le faltaba sentir su mordida. No tenía miedo, una mujer como ella, con tanto valor, con tanta convicción, no podía conocer el miedo a las hormigas. Se dispuso a vivir con ella como su sombra, su compañera de jornada, un día estuvo tentada a convidarle un sorbo de agua. La hormiga estaba enamorada de ella, de tan dulce que era, mi compañera, guerrillera.
Un día finalmente la hormiga no pudo más, se acercó una tarde soleada, cuando Tania se recogió el cabello para combatir el calor, llevaba una blusa verde, como el color de las hojas, como el color de los uniformes militares. Sintió tantas ganas de morderla, como si se tratara de algo y no de alguien. Le susurró al oído:
-Todos estamos desnudos bajo la ropa, y bajo las carnes y bajo los huesos, crea usted o no en el cielo debería creer en el alma, porque yo estoy enamorado de su alma, y esa es mi perdición.
Tania no pudo contenerse, quiso ver los ojos de la hormiga, sabía que era el momento de la mordida, no tenía miedo, y no quería morir cobardemente, necesitaba que la mirara a los ojos, porque iba a morder a una mujer real y completa. Estaba a punto de matar a una guerrillera, debía hacerlo como un hombre, y no como una hormiga.
La hormiga se paralizó, quiso, intentó, no pudo, suplicó:
-Espera, aún no puedo, permíteme esperar despiertos para besar el sol, hablando hasta que el tiempo nos alcance en el momento presente.
-Eres diferente, pero eso sólo te convierte en alguien peor.
Tania se acercó mucho, la hormiga deseaba un beso rojo, verdadero. Se escuchó un gemido ahogado, Tania apuñalaba a esa hormiga, la mordió antes de ser mordida, la hormiga quería saber la razón, Tania citó a Cortázar de memoria:
“Porque, sin buscarte te ando encontrando por todos lados, principalmente cuando cierro los ojos” .

Analogías (Ficciones no tan mínimas)

Me he vuelto un jardín. Hay que tener cuidado con lo que se desea, yo deseaba un beso, un orgasmo, un “te quiero”. Y la vida que gusta de ser siempre tan sarcástica y tan divertida me lo concedió. Me metí a bañar y noté algo que jamás me había pasado, mi piel huele a hierba, y mi sexo a frutas, y mi cabello a flores. Son las huellas de tu presencia en mi piel.
Hoy llamaste, inoportuno e insistente, te respondí con mensajes, querías verme y me gustó la idea, sabías que debías convencerme, me debías un par de disculpas. Al final acordamos una hora. Como siempre llegué tarde, es algo que me pasa sólo contigo, tienes esa mala fortuna, hasta ese cliché me has regalado, el de la espera. Siempre paciente, siempre amable, siempre dulce, yo siempre corriendo, siempre el taxi de último momento, bajarse y caminar por el tráfico imposible. Hoy hubo una variable, después de sonreírme me besaste, así, en plena avenida, calmaste mi nervio y mi prisa, tomaste mi mano, caminamos así de la esquina a la casa, entramos, me abrazaste, me besaste de nuevo, tus besos de pólvora y mis labios de fuego.
Subimos la escalera, sabía que esta vez no quería resistirme, deseaba tus manos blancas. Abrí las ventanas, te ofrecí agua, me dijiste que preferías mi néctar, y me tomaste como si fuera una fruta, jugosa, carnosa, llena de apetencias. Nos devoramos con ternura, hasta convertir mi piel en magnolias, hasta que tu boca se tornara en girasol. Me hacías falta, necesitaba hacer surcos en tu espalda para sembrar más besos. Tomaste en cuenta lo que te dije la última vez, enmendaste el camino. Me volví a sentir una obra de arte entre tus manos, perdí el control, me dejé llevar. No hay analogía para describir lo que hicimos al quitarnos la piel.
Al final de las cosas sólo quiero decir:
Gracias, te quiero.

Nota amarilla. (Inspirado en un post)

Llegué a casa, fue un día largo, puse las llaves en la mesa cerca de la puerta, abrí la ventana, quería quitarme el saco y la blusa, con lo mucho que siempre he odiado este tipo de ropa, me hace sentir tan falsa y conformista. Me quito los zapatos, prefiero andar descalza, si tuviera un gato lo acariciaría ahora. Por fin puedo soltar mi cabello, voy a la cocina, me sirvo un poco de agua. Me pregunto cosas, como todos los días, algunas mías, algunas tuyas, otras nuestras. Tengo hambre, ansias, ganas, pero no de algo material, extraño los besos, tus manos, los jadeos que no nos dejaron dormir, bebo agua como anoche te bebí, y entonces la miro, una nota amarilla, con tu letra desaliñada, diciendo amorosamente:
“ Oye Luna, mis manos aún huelen a toronja...”
Sonrío. Creo que me estoy enamorando.

Miedo (ficciones mínimas)

Mi corazón me dice que no tengo chance...pero es un corazón cobarde.

Firma (ficciones mínimas)

Desde un sur, abajo y a la izquierda de un corazón que todavía te quiere. Patria o muerte, venceremos. Hasta la victoria siempre. Adiós.

Filha (ficciones mínimas)

Siempre he pensado que Mariana es el mejor nombre del mundo, especialmente cuando quiere ser canción.

Condicionamiento (ficciones mínimas)

Nunca estuvo lista para recibir un "me gustas", pero un día más que entenderlo tuvo que aceptarlo, era verdad.

Recordatorio (ficciones mínimas)

La única regla en mi vida es que para hacer el amor primero tengo que hacer la revolución.

Sugerencia afectiva.

"Vamos a conocernos rápidamente y a fornicar y a olvidarnos" Jaime Sabines.

Rarezas (ficciones mínimas)

El lenguaje corporal no miente, pero a veces como confunde

Encrucijada (ficciones mínimas)

¿Delirium Tremens o Carpe Diem?

Civilizados (ficciones mínimas)

Y entonces, tan civilizados como somos, volvimos a ignorarnos en silencio.

Al buen entendedor (ficciones mínimas)

Vontade de morango Vontade de você Vontade...

Intensiones (ficciones mínimas)

Te devoraría a besos pero ya eres poesía

Película

“Conocí la lujuria el día que conocí tu ombligo” Cornelia at the mirror

Antojo (ficciones mínimas)

Casi te beso al mirarte... Casi.

Amor (ficciones mínimas)

Fuiste la mejor de mis ficciones...

Ya (ficciones mínimas)

Is not enough Não foi suficiente Ya valió

Ganas (ficciones mínimas)

-Quiero besarte hasta los malos pensamientos.
-Yo no tengo.
-No te preocupes,yo te los pongo y luego te los beso.

Calor (ficciones mínimas)

Quiero besarte las dudas hasta derretirlas...

Evidencia (ficciones mínimas)

Si se me nota el cariño, también el desprecio.

Artista (ficciones mínimas)

Paradoja: Tus palabras en art decó y tus caricias en art nouveau...

Autoreconocimiento (ficciones mínimas)

-Prefiero ser un ogro tiránico Dijo al final la no princesa.

Declaración (ficciones mínimas)

-Te quiero, Macondo de mi vida, incluso sin las mariposas amarillas. Dijo antes de marcharse para siempre.

Historia (ficciones mpinimas)

Lo nuestro no fue un cuento de hadas, fue mejor: Un breve poema.

Razones (ficciones mínimas)

-¿Por qué lees tanto? -No tengo una respuesta, sino millones de dudas, millones. Por eso siguió leyendo

Encuentro (ficciones mínimas)

-Los silencios son una respuesta. -Los besos también. - ...

Incompleto (ficciones mínimas)

Volvió mi Diablo Guardián, pero le falta la página más importante, la que estaba fuera de la historia.

Nostalgia (ficciones mínimas)

-¿Qué es lo que más extrañas? -Esas cenas que terminan en desayuno

Caníbales (ficciones mínimas)

Y mientras los mira se repite una y otra vez: -Recuerda que esto no es una carnicería... Recuerda...

Aceptación (ficciones mínimas)

-No puedo domesticar mis demonios. Se dijo antes de perder el pantalón.

Puerta de entrada (ficciones mínimas)

-Mis labios rojos reclaman tus besos... La respuesta no fue verbal.

Cuento (ficciones mínimas)

La caperuza pudo comerse al lobo, pero prefirió esperar...

Mole (ficciones mínimas)

-¿Y cómo era su amor? -Parecía mole. - ... -Si: picante y dulce, chile y chocolate.

Propuesta (ficciones mínimas)

Vamos a desojar el ramo de besos que trajiste...

Estar (ficciones mínimas)

-¿Qué es lo que más amabas de estar juntos? -Tus caricias nómadas ¿y tú? -Estar...

Toca (ficciones mínimas)

Toca ser firmes, como la revolución.

https://www.youtube.com/watch?v=iGQ6pHDsuwg

Reporte del clima (ficciones mínimas)

Estado: Nublada y con altas probabilidades de ponerme lluviosa.

Please (ficciones mínimas)

"Spoon me".

Chau (ficciones mínimas)

"Se feliz, si puedes, en el camino" Esa fue su despedida.

Invitación formal (ficciones mínimas)

"Vamos a tomar el cielo por asalto"... Nuevas maneras de decir "te amo".

Reconozco (ficciones mínimas)

Está bien, lo admito, te quería mucho, del pluscuamperfecto "lo mandaste todo a la mierda".

Informe (ficciones mínimas)

-Orgasmo ¿qué es eso? -Es el universo que se contiene en el cuerpo y se manifiesta cuando lo trabajas, como la tierra, la poesía y el pan.

Lenguas (ficciones mínimas)

Tu es incroyable, and thats why I love you, amor mío.

Sugerencia

"Soy un buen error, cométeme" Alejandra Pizarnik

Bocanada (ficciones mínimas)

Todos somos un suspiro, sólo que algunos somos un suspiro largo y otros somos uno corto...

Eres (ficciones mínimas)

Eres un poema que llevo tatuado en el alma...

Dicen... (ficciones mínimas)

En cama virgen no hay fantasmas...
Un cigarrito y la luna... Poesía y café...

Fragmento ajeno

"Hay algunos silencios que no puedo negar que he oído con total claridad." La reina del sur, de Arturo Pérez-Reverte

Pregunta (ficciones mínimas)

-¿Qué significó en tu vida? -Todo eso a lo que ya no le puedo decir que si... Aunque quiera.

Definición (ficciones mínimas)

Yo no soy ni una niña, ni un demonio, ni un perro. Yo soy un caos, un terrible desorden, un infierno. Y así te quiero...

Duda (ficciones mínimas)

- ¿Cuando te diste cuenta de que todo había terminado entre nosotros? - Cuando hasta la inercia sintió hastío y se fue.

Também (ficciones mínimas)

Depois da chuva, estia.

Beso (ficciones mínimas)

"Quiero besarte desde el atardecer naranja hasta la luna profunda". Nunca más fueron los mismos.

Saudosa (ficciones mínimas)

-¿Qué es lo que más extrañas? -Mi urgencia por tu urgencia de mí.

Terminando (ficciones mínimas)

-¿Últimas palabras? -Valió la pena, eres la cicatriz más poética de mi vida. Y mató para siempre ese sentimiento.

Cuentos (ficciones mínimas)

-¿Por qué no te gustan los cuentos de hadas? -Porque en mi vida todo "para siempre" anuncia un inevitable final.

Sabiduría popular (ficciones mínimas)

"No más perlas a los puercos". Eso decía la nota sobre la mesa de la cocina. Nunca más volvió a saber de ella.

Parafraseando (ficciones mínimas)

Parafraseando a Edel Juárez: "Pero besos como los nuestros ¿cuando?"

Advertencia (ficciones mínimas)

Hay miradas que parecen mordidas

Petición (ficciones mínimas)

Me urge besarte...Llévame en un Beso
https://www.youtube.com/watch?v=wbWuNfSBBAo

Ciclo (ficciones mínimas)

Donde llueve poesía nace el amor... Y viceversa.

Sustantivo: El amor. Verbo: Amar. Adjetivo: Amado-Amable. (Ficciones no tan mínimas)

Sustantivo: Amor
Te miré una noche, sin pensar y sin buscar encontré tus ojos. Tu respiración me llegó entre los árboles, caían las primeras hojas de otoño, aún cálido pero seco. Recuerdo perfecto que te miré y no pude ni quise evitarlo, lo sentí, en un palpitar todo estaba hecho.
Verbo: Amar
Y en lugar de decirte “hola”, te besé, y respondiste mi beso con ansias, sujetaste mi cintura y yo tomé tu rostro, me apretaste, como si ahí mismo quisieras derretirme, y yo no puse resistencia, como si ahí mismo, entre tus manos, pudiera derretirme. Y no fueron los besos, ni las caricias, ni las muchas confesiones dichas, fue encontrar tu alma desnuda y sentir la confianza de mostrarte la mía en iguales condiciones, con sus heridas, sus miedos, sus dudas, pero sobre todo con las inmensas ganas de acercarse a tí.
Adjetivo: Amado-Amable
Nos bañamos en mezcal y naranja, devoramos la piel a besos, con las manos diseñamos nuestros cuerpos, tu fascinación por mis pechos, la mía por tus nalgas. Mirar tus ojos, sentir como miras los míos, escucharte cantarme al oído, mientras me besas, y sentir que te amo, y sentir que me amas, que somos amables, no por la amabilidad, sino por el amor que nos profesamos, sin prometer nada, sin etiquetar nada, entre lo perenne y lo efímero, somos amados.

martes, 11 de abril de 2017

Despelote (Ficciones no tan mínimas)

Encontré una nota en el refrigerador:

“Los finales periódicos donde nos morimos para reinventarnos.
Esos besos que nos funden hasta hacernos cenizas, las caricias que nos moldean como arcilla o barro.
Mirar tus ojos, tocar tu cara, sentir tus manos, decir <<te quiero>>.
Nunca imaginé ser tan feliz a tu lado.”

Y entonces lo supe, estábamos perdidos de amor...

Besos hormiga (ficciones no tan mínimas, no aptas para todo público)

Casi puedo escucharla, se aproxima peligrosamente a mi pierna, sus patas ansiosas van a toda velocidad. ¿Cómo llega una hormiga a mi piel? La distancia inconmensurable que debe recorrer, desde el hormiguero hasta la mesa junto a mi cama, donde paso la mayor cantidad de tiempo, esclavizando el que debería ser “libre”. Siempre hay algo que me tiene sujeta a esto, como un grillete inalámbrico. Y la hormiga debe caminar tanto, recorrer tierra, árboles, canastas, bolsas, elevadores, escaleras... qué se yo de su trajín antes de cruzar mi puerta.
Contempla un segundo mis pies, parece que le gustan, mis dedos de uñas recién pintadas mira hacia arriba y se emociona, traigo un vestido, y esa es la promesa de más carne para morder; yo tengo calor, no elegí el vestido en función de esa hormiga. La siento deslizarse por mi tobillo, se detiene un segundo en la espinilla y siente las evidencias de mi fractura adolescente, no es perceptible a la vista, pero sí al tacto, y decide que ese recordatorio merece un beso, no por recordar una herida, sino por celebrar que cicatrizó.
Continua viajando sin prisa por mis piernas, mis rodillas también tienen cicatrices, las caídas de la infancia y la adolescencia, esas que no me atrevía a llorar, por mi terca necesidad de parecer más fuerte de lo que era, de lo que siempre he sido, de lo que soy. Decide besar esa marca que parece un sol, o un girasol, o quizás un geranio, o cualquiera de aquellas flores que jamás llegaron, de ahí que me de risa la cicatriz, y sonrío con las cosquillas que el beso tan pequeño me provoca.
Sube por mis muslos, en ellos no encuentra cicatrices, pero sí marcas, ve la celulitis que desde muy joven los decoran. Se fascina con las dimensiones, la cantidad de carne y la proximidad que guardan con mis nalgas, y en ese segundo me doy cuenta de que ya no se trata sólo de una hormiga, sino de todo el hormiguero, recorriéndome, mapeándome como si debieran habitarme de inmediato, las siento recorrer mi vientre, con estrías hasta el ombligo, y rodearlo con esmero, saben que esa cicatriz la tenemos todos, y es la cicatriz que nos recuerda que estamos vivos, que venimos del mismo lugar, que somos polvo de estrellas, y en cada ombligo habita un universo, y lo besan, como rendiéndole tributo a la energía primera.
Recorren mi cintura y la dimensionan, siempre pienso que ella no existe, que en su lugar sobra algo, pero esas hormigas me estrujan, y delinean mi tronco como lo harían con un árbol. Y me doy cuenta de que nada sobra, mi cintura está ahí, ceñida a mis costillas, y el resto de la piel es parte de mi también, y me besan los bordes y los pliegues, y me retuerzo cuando se les ocurre morderme la espalda, corren frenéticamente hacia mi cuello, y lo hacen presa de sus apetitos, mis hombros se rinden, y les dan paso hacia mis brazos, mis manos, y ellas las conducen hacia mi pecho, bajan sin prisa hacia mis senos, llegan a ellos con pausas, con delicadeza, los acarician, los rodean, llegan a los pezones como quien llega a la cereza de un pastel, los beben dulcemente, los convierten en objeto de culto, no los vuelven a soltar, y al mismo tiempo cuidan no tratarlos como algo que se amaza.
Bajan de nuevo por mi vientre y llegan a mi sexo, incluso podrían encontrarlo sin ver, por el aroma que las guía hacia mis mieles, dudan un segundo, la temperatura les asusta, pero no se pueden contener, comienzan a deslizarse por mis labios, gozan la humedad que sus cosquillas siguen provocando en el resto de mi cuerpo, y me muerden por todos lados, otras me besan, otras me caminan, otras me beben, y las de mi sexo comienzan a comerme, y me devoran, hasta que yo dejo de ser yo, y me convierto en una de ellas, y siento el palpitar en todos mis órganos, el oxígeno que viaja, la energía que se acumula y estalla, convirtiéndome de nuevo, en polvo de estrellas.


Deseo imposible (Ficciones mínimas)

Llama, por favor...