Miedosos (Ficciones mínimas)

Y al final descubrimos que sí somos, siempre hemos sido, todo este tiempo y en todas sus facetas, con miedo de encontrarnos pero con ansías de hacerlo. Hasta recordar aquella vieja canción de Silvio " La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes".

Allá y aquí (Ficciones mínimas)

Quisiera estar en el coche contigo, fajando rico, llenos de hambre de nosotros, para cogernos como animales, locos y desquiciados. Pero estás allá y yo aquí, mudos, sordos, ciegos y llenos de orgullo.

Deberías estar aquí, a punto de meterme un par de dedos para que mi húmedo sexo te cuente cuánto te he extrañado. O debería estar yo allá, escondida en tus sábanas mientras me tomo tu miel, para saber cuánto me has añorado.Pero estás allá y yo aquí, mudos, sordos, ciegos y llenos de orgullo.

Y tuve que responder yo (Ficciones mínimas)

En mi cabeza cada noche le preguntaba a tu recuerdo " ¿me amas?", Hasta que una noche la pregunta se quedó sin interlocutor.

Y (Ficciones mínimas)

Ya no estoy para verdades a medias, ni para mentiras por omisión, ni noticias que llegan demasiado tarde disfrazadas de honestidad.

Verano ( Ficciones mínimas)

Tú eras mi verano, con todo su calor y su humedad. Te estoy dejando ir, preparándome para el otoño, más templado y repleto de cosechas. 

Ritual (Ficciones mínimas)

Instintivamente el cuerpo busca placer, recurre a recuerdos, a la imaginación. El placer nace muchas veces primero en la mente y de ahí pasa a la piel, suele detonarse con diferentes estímulos, pero en algunos casos requiere de sus propios rituales. En mi caso me gusta dedicarle tiempo, la luz adecuada la música, si es posible incluso el olor. Comienzo siempre por mis manos, recorriendo la piel con las yemas, activando una mezcla entre sonidos, sensaciones, palabras clavadas en mi cerebro, algunas que han ocurrido, otras mera fantasía, recorro mi cuello, bajo a mis senos y dedico tiempo a mis pezones, todo el que me gustaría que les dedicaran. Me imagino los besos, los susurros, la nariz que baja por mi vientre, los labios que besan mi ombligo, mientras aquellas manos se afianzan de mis caderas. Yo de piernas abiertas y mi sexo húmedo, mis dedos acariciando mi clítoris, deseando otras manos, otra boca, una lengua; siento como mi piel se eriza y recuerdo aquellas palabras que sabían llevarme al límite. Es entonces que me penetro imaginando aquel cuerpo, su piel morena, la sensación lúbrica y ansiosa, las ganas que nos mordían, las cosas que siempre he querido hacer pero que nunca he hecho; puedo sentir el aliento que se aproxima al nirvana en cada gemido, me muevo y me retuerzo, cambio de posición sin abandonar el placer de mi sexo, acaricio uno de mis pechos y luego el otro, me vuelvo una amazona cuyo cuerpo latiga de placer, siento y me vuelvo piel, dejo de ser yo para ser un cuerpo caliente y deseoso, deseado, deseable y a punto de venirme. Vuelve aquella voz en tono cachondo a decirme lo que me gusta, a pedirme lo que quiero que me pida y ahí la siento, esa cosquilla que me recorre y se acumula, y viaje de todas las partes de mi cuerpo hasta agolparse en mi sexo, mientras aprieta y se contrae, explotando para que la energía vaya de vuelta de mi sexo hasta cada poro de mi cuerpo. Imagino el cuerpo que compartió el Nirvana conmigo, un beso, la caricia en la espalda. Y luego llega el vacío al que engaño con el cansancio de la muerte chiquita, para intentar cerrar los ojos y olvidar todo, menos la sensación de ser polvo de estrellas.

Mensaje (Ficciones mínimas)

-"Le tengo envídia al agua que te refresca, que te recorre, que te habita, pero sobre todo a la que te derborda".  

Ahora no sé qué contestar.

Vestigios (Ficciones mínimas)

Antes me ayudaba pensar que pese a todo tú también me extrañabas, pero ya no tengo eso, se cerraron las puertas y ventanas. Ahora me ayuda pensar que eres feliz, que me has superado. Me da esperanzas de poder hacer lo mismo.

Esternón (Ficciones mínimas)

Estuve pensando en tatuarme un girasol en en esternón, me detuvo el miedo a que eso me recordara el paso de tus caricias y tus besos.

Quizás (Ficciones mínimas)

Estoy a nada de quizás volver a ser aquella versión de mí.

Tiempo ( Ficciones mínimas)

Hay noticias que me hacen recordar,

 lugares, mañanas, miradas,

donde las sonrisas me hacían vibrar.